EL ULTIMO ROMANTICO

 

Algunos lo catalogan de lento. Otros de caprichoso y egoísta. Podrán decir que fracaso en Europa y no trascendió en la selección. Pero nadie puede dudar que Juan Román Riquelme es uno de los jugadores más talentosos que ha dado el fútbol argentino en los últimos veinte años. Puede no caer bien algunas de sus actitudes, el supuesto manejo de grupos y del vestuario, pero como no deleitarse con sus gambetas, goles y pases mágicos.

No hablemos de la cantidad de títulos que consiguió con Boca, tanto nacionales como internacionales porque serían incontables. Riquelme podría haber jugado en otros tiempos. En los cuarenta y en los cincuenta, la edad de oro de nuestro fútbol. Si bien está identificado con la azul y oro, lo pudiera haber hecho en La Máquina de River, en el San Lorenzo de Farro, Pontoni y Martino, en el Independiente de Erico y De La Mata o el Huracán de Masantonio. ¿ Se lo imaginan como socio del gran Oreste Omar Corbatta en Racing ?.  Riquelme posee las virtudes de los cracks atemporales. Tiene el potrero incorporado. ¿ Acaso no nos quejamos de los pataduras de nuestro fútbol, de la falta de creatividad, de los mastodontes que no paran de correr y no pueden tirar ni un solo caño ?. El fútbol se juega con los pies pero también con la cabeza. Y si no vean a Pirlo que a los 35 años le dio un baile fenomenal a los ingleses en el mundial de Brasil. No hace falta correr si un jugador está bien ubicado, si se encuentra al acecho listo para dar la estocada final.

 Riquelme ha dejado momentos que serán recordados por siempre: el caño a Yepes y otro increíble contra Rosario Central, las finales de copa, sus enganches, jugadas memorables. Dicen que quedo en deuda con el seleccionado nacional, pero fue campeón juvenil. Su único mundial fue el de Alemania 2006. Tuvo una más que aceptable primera ronda y participó en casi todas las jugadas de gol que tuvo la Argentina. El director técnico, José Pekerman cometió dos errores imperdonables en los cuartos de final ante los locales: dejar en el banco a Messi y sacar a Riquelme. El seleccionado ganaba uno a cero y los alemanes estaban desesperados. ¿ No era el momento para cuidar la pelota entonces ?; ¿ No era el momento del “lento Riquelme”?.  Entró Cruz, el más europeo de nuestros jugadores, el arquero se lesionó, vino el empate de Klose y los germanos ganaron por penales un partido que tenían perdido. No fue el mejor jugador del mundial, pero tampoco hubo grandes figuras en el torneo. Zidane jugó bien contra España y anotó un excéntrico penal en la final, pero solo se destacó realmente en cuartos de final ante Brasil, donde mostró toda su clase. Y se lo recuerda por su cabezazo a Materazzi. Las figuras de Italia fueron los defensores, el Portugal semifinalista tuvo destellos de Figo y un jovencísimo Cristiano Ronaldo. No mucho más. Bielsa y Maradona tienen pocas cosas en común. Una de ellas fue no tener en cuenta a Riquelme. Los resultados en la copa del mundo no fueron los esperadas. No hay dudas que su experiencia europea no fue la más feliz, pero en el Villarreal español alcanzó las semifinales de la Champions League, una instancia que el club jamás volvería a llegar.

El ídolo de Boca Juniors es un jugador indisciplinado y poco dócil. Algo realmente inaudito en el super profesional fútbol actual. Pero lo que quedará en la memoria colectiva de los que queremos este deporte son sus jugadas inolvidables. Como Houseman y muchos más.

Juan Román Riquelme continúa en actividad. Jugando el Nacional B con Argentinos Juniors, club que lo vio nacer y donde todavía muestra su clase futbolística. No sabemos hasta cuando jugará pero si podemos decir con certeza que este hombre nacido en Don Torcuato es el último romántico de nuestro viejo y querido fútbol argentino.

 

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