DETRAS DE UN GRAN DEPORTISTA, HAY UN GRAN ESTRATEGA
Los grandes deportistas son celebrados alrededor del mundo. Levantan trofeos, dan exclusivas entrevistas y son tapa de revistas. Triunfan, trascienden y se convierten en leyendas. ¿ Pero quienes están detrás de estos hombres ? En los últimos años los entrenadores y managers han ganado prestigio internacional. Son grandes conductores, líderes. Vittorio Pozzo fue el único director técnico de la historia en ganar dos copas del mundo en forma consecutiva con Italia. Franz Beckenbauer y Carlos Bilardo estuvieron cerca pero no lograron igualarlo. Ion Tiriac formo una eficiente dupla con Guillermo Vilas . Julio Grondona fue un polémico dirigente con algunas decisiones desacartadas pero el interior del país debería estarle eternamente agradecido por su idea de federalizar el fútbol con la creación del Nacional B.
Pero es un referente del automovilismo mundial quien nos convoca en esta entrega del blog. No corría ni era dueño de una escudería. Proveniente de una familia de origen aristocrático, Luca di Montezemolo fue una pieza clave del éxito de Ferrari durante la década del 70. Nacido en Bolonia, Italia en 1947, se graduó en derecho y en 1971 pasó a formar parte del gigante industrial FIAT. Descendiente de la Casa Real de Saboya, su tío fue un respetado almirante durante la segunda guerra mundial. La meteórica carrera de Montezemelo, un dandy amante de la buena vida, lo catapulto a la fama cuando Enzo Ferrari, “Il Commendatore” lo eligió como su asistente en 1973. La escudería más popular del mundo no se encontraba en su mejor momento y estaba sedienta de recuperar su gloria perdida. Su primer paso fue la contratación del ascendente piloto austriaco Niki Lauda quien ganaría el campeonato del mundo en 1975 y 1977. Y también podría haberlo hecho en 1976 si no hubiese sido por el terrible accidente ocurrido en Nurburgring, el peligroso circuito alemán conocido como “el cementerio”. Montezemolo estuvo involucrado en la polémica cuando decidió reemplazar a Lauda por Carlos Reutemann antes de que el campeón del mundo llegue al hospital para ser atendido de gravedad, pero el tiempo supo limar asperezas entre ambos.
Ambicioso y emprendedor como pocos busco más. Fue director de Cinzano, presidió Masserati, participó en política y el gobierno italiano lo eligió presidente del Comité Organizador de Italia 1990, donde tuvo una notable conducción. Considerado el “mundial moderno” se anticipó al comienzo del siglo XXI con la construcción de estadios nunca antes vistos. Organizó una colorida fiesta de inauguración y no nos olvidemos de la mejor canción que haya tenido una copa del mundo “Un estate italiano”. Durante la década de los noventa volvió a Ferrari, que con su conducción y ya con el “Viejo” Enzo fallecido, volvió a las grandes ligas. Con Michael Schumacher como figura Ferrari sumó cinco títulos más a su rico historial. Eligió a Lauda como asistente consultor y se retiró de la escudería este año, cansado de las tensiones y satisfecho por su tarea cumplida.
Un hombre que lo ha hecho todo y jamás ha ganado una medalla. Luca di Montezemolo a los 67 años de edad no se quedará quieto. Lo espera alguna importante empresa para recuperar, un nuevo desafío deportivo o tal vez acepte su candidatura como primer ministro de Italia a lo que siempre se negó. Cuando renunció a Ferrari después de 23 años estas fueron sus palabras: “Dejó la compañía más maravillosa del mundo. Ha sido un gran privilegio y un gran honor haber sido su líder. Me dediqué con todo entusiasmo y compromiso a ella durante años. Junto a mi familia, Ferrari fue y sigue siendo la cosa más importante de mi vida”.
