ALMIRON Y LA BUQUEDA DE LA GLORIA ROJA

 

Cuando el presidente de Independiente Hugo Moyano contrató a Jorge Almirón como nuevo director técnico del equipo, muchos hinchas dudaron. ¿ Cuáles eran los pergaminos del nuevo entrenador, qué se sabía de su trayectoria?. El club venía de atravesar el peor momento de su historia. Como River, los Rojos tocaron fondo deportivamente descendiendo al Nacional B. Las malas administraciones y los magros resultados futbolísticos habían sepultado la ilusión de miles de hinchas. Tras el sufrido ascenso, Independiente no incorporó grandes figuras y comenzó el torneo con más dudas que aciertos. Sin embargo con el correr de los partidos, los dirigidos por Almirón empezaron a encontrar el rumbo. Con un equipo en el que los hinchas se paran de sus asientos cada vez que ataca pero se esconden cada vez que defiende, la suma de a tres se hizo cada vez más frecuente. Independiente recuperó prestigio, potenció a su goleador Mancuello que con sus nueve goles y su inminente convocatoria para la selección  se convirtió en el símbolo del conjunto de Avellaneda, recuperó confianza y consiguió resultados. Ganó dos de los tres clásicos que jugó. Uno de visitante y otro clave frente a Racing, su eterno rival; y la dura derrota ante River en el Monumental tal vez atomizada por el gran presente del equipo de Nuñez, puntero e invicto.

Jorge Almirón sabe que está ante unos de sus grandes desafíos profesionales. Después de dirigir en México y en Defensa y Justicia y Godoy Cruz en la Argentina llegó a un club con historia, con el incentivo del hambre de gloria que existe en el club. ¿ Cómo juegan los equipos de este hombre nacido en San Miguel ?. Siempre con tres defensores, una alineación de laterales con ida y vuelta y dándole mucha importancia a la pelota parada.  Saliendo jugando de abajo, puede realizar algunos cambios tácticos y experimentar, pero es de conservar su esquema básico. No se caracteriza por reemplazar un puesto por otro distinto; si sale un delantero entra otro. En un paso por México se lo recuerda con un entrenador muy obsesivo en cuanto a resaltar las debilidades de los rivales. Mirar un partido de Independiente es sinónimo de ver un “ida y vuelta” ya que Almirón suele dejar espacios para que lo ataquen. En los 13 partidos que Independiente disputó durante el torneo de Transición, en todos hubo goles, sean a favor o en contra. Recordemos el 5-3 ante Quilmes o el 3-0 con Atlético Rafaela. Pero también el 0-4 con Vélez y el doloroso 1-4 en Nuñez. Los números hasta ahora lo respaldan : 8 ganados, 2 empatados y 3 perdidos. Las posibilidades matemáticas son concretas al igual que la canche de entrar en alguna copa internacional, la especialidad del Rojo de Avellaneda. La premisa de un juego ofensivo está siempre presente en las estrategias del técnico. Y además coinciden con el ADN del hincha. Esperemos que continúe así. Bienvenido Jorge Almirón al fútbol grande de la Argentina.

 

 

 

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